La red son comunidades de personas creando y asimilando contenido, percibiendo experiencias y generando opinión en base a sensaciones y sentimientos.Las personas queremos escuchar a otras personas que a su vez saben ser escuchadas. De esta escucha activa surge la interacción, la conversación, el primer paso para crear comunidad.
Además de un contenido interesante y una interacción abierta, para que una comunidad albergue sentido es necesario involucrar a l@s participantes y convertirl@s en creadores, cocreadores. "Las personas defenderemos aquello que ayudemos a crear".
Involucrar al usuario a hacer entorno a la marca de producto o servicio genera sentimiento de cercanía y afinidad, lo que podemos transformar en fidelidad entorno a la marca, entorno a la comunidad.
Cuando clientes de una marca participan en el proceso de creación del producto o servicio estimulan su desarrollo mediante la experiencia de marca.
Cuando la marca comparte la experiencia "entre iguales" con l@s participantes de su entorno y l@s anima en la búsqueda de un camino común, genera valor de sus aportaciones y l@s lidera hacia la evolución de una comunidad basada en una actitud positiva, orientada a compartir valores y crear sinergias.
La comunidad necesita la gestión de algunas claves para una evolución coherente con el posicionamiento de la marca y las expectativas de l@s usuari@s. Entre otras variables necesita gestionar los recursos, los incentivos y el propósito.
- Los recursos representan las herramientas destinadas a mejorar la experiencia de l@s usuari@s, a gestionar de manera más eficiente la relación que les une a la marca y a la comunidad.
- Los incentivos también pueden ser importantes en determinadas fases de la evolución de la comunidad aunque no se identifiquen tan estrechamente con la experiencia de marca.
- El propósito debe ser transparente, alcanzable y debe permitir a las personas asociar la marca con los valores que representa.
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